Fuente: Jesús Sánchez Quiñones expansion.com
Desde que los bancos centrales se convirtieron en los principales actores de los mercados financieros, cualquier análisis o previsión sobre el futuro comportamiento de los distintos activos debe tener en cuenta la sostenibilidad de la actuación de las autoridades monetarias. Lamentablemente, los datos fundamentales de las empresas y de los emisores de bonos quedan en un segundo plano, al menos de momento.
El comunicado del BCE de su reunión de esta semana deja entrever que las compras en los mercados de bonos continuarán más allá de marzo de 2017 "... hasta que observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación". Teniendo en cuenta que la propia previsión de inflación del BCE para 2018 es del 1,6%, por debajo del objetivo del 2%, parece obligado a prorrogar el periodo de compra de activos.
Para seguir comprando bonos más allá de marzo de 2017 el BCE tendrá que cambiar las reglas que se había autoimpuesto:
- De momento sólo puede adquirir el 33% de cada emisión de bonos soberanos. Modificar esta norma es la más sencilla, aunque acabe siendo el principal tenedor de cada uno de los bonos. Por tanto, los precios de los bonos seguirán estando totalmente distorsionados por la intervención del BCE.
- Plazos: actualmente entre 2 y 30 años. Se especula con la ampliación desde vencimientos de apenas seis meses hasta 50 años. Durante este año 2016, al menos Italia, Bélgica, Francia, Austria, y esta misma semana España han emitido bonos a 50 años. Comprar y mantener a vencimiento bonos a 50 años a tipos de interés sólo explicables por la adulteración del mercado se parece mucho a una pseudo reestructuración de deuda, aunque sea en cantidades reducidas.
- Tipos de interés. Actualmente el BCE sólo adquiere bonos con una rentabilidad al menos igual a la tasa que aplica el propio BCE a los depósitos de los bancos (Facilidad Marginal de Depósito). Hoy en día situada en el -0,4%. Es decir, el BCE adquiere bonos teniendo la certeza de que manteniéndolos a vencimiento va a perder dinero. A precios actuales, el 24% de los bonos soberanos de la Eurozona presentan tipos inferiores, y por tanto no son susceptibles de ser adquiridos por el BCE.
Podrá aprobarse la adquisición a tipos inferiores al -0,4% actual, pero sin reducir el tipo de la Facilidad Marginal de Depósito por los efectos tan perversos en la banca y en la penalización de la liquidez.
- Proporción de compras. El BCE adquiere bonos soberanos de cada país en la misma proporción de la participación cada estado en el capital del BCE (clave de capital). Por tanto, adquiere más del doble de bonos alemanes que españoles, y más de diez veces bonos alemanes que portugueses.
Modificar esta regla es la más problemática. La oposición de países como Alemania, Finlandia u Holanda sería considerable. Supondría una verdadera sorpresa que se llegase a modificar la proporción de compras por países.
El BCE seguirá erre que erre comprando bonos, pero con el 50% de los bonos alemanes y el 24% de los bonos de la Eurozona con una rentabilidad por debajo del -0,4%, su capacidad de seguir presionando los tipos a la baja es muy limitada. Si los tipos no bajan, los precios de los bonos no suben.
El BIS (Banco de Pagos Internacionales) repite insistentemente que los bancos centrales sólo pueden ganar tiempo para que los Estados hagan las reformas necesarias para lograr un mayor crecimiento potencial. Por su parte, los gobiernos no ven la urgencia de llevar a cabo reformas, siempre dolorosas e impopulares a corto plazo, si se pueden financiar casi gratis o incluso reciben dinero por pedir prestado (¡?).
Conviene recordar que en la primavera de 2015, coincidiendo con el inicio de las compras del BCE, el bono alemán pasó de ofrecer una rentabilidad del 0,07% al 1%, provocando una caída en precio del 10%. El resto de la renta fija tuvo un comportamiento similar. El BCE asegura que seguirá comprando, pero no podrá evitar episodios de nervios en los mercados de renta fija con potenciales pérdidas de consideración para determinados inversores. Su actuación no puede ser ilimitada en el tiempo, pero de momento erre que erre.
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