lunes, 31 de octubre de 2016

100 ptos deciden


Me incorporo a la sesión.

100 ptos son los que separan subir o una corrección más profunda. Por debajo de 9.100, precaución y, por encima de 9.200 pista libre para ascender.

sábado, 29 de octubre de 2016

IBEX: todo se complicó después del cierre


Ya os dije ayer que no me gustaba la apertura del IBEX. A lo largo del día recuperó todo lo perdido y cerró en positivo, pero la sorpresa vino una vez cerrado el mercado, como casi siempre.

Lío con los mails de la Sra. Clinton y bajadita al canto en todas las bolsas.

IBEX en fuera de horas cotiza en 9.122. Corrección de 80 ptos. Veremos lo que pasa el lunes, último día de mes...

Experiencias de traders



Muchos traders creen que una vez que se vuelvan más prudentes, su operativa mejorará. Se equivocan. 

Cuando los traders deciden que no quieren perder más dinero, sin darse cuenta se convierten en los campeones del mundo del trading en la modalidad «entrada tardía». Esperan y esperan y se aseguran por partida doble de que una operación tiene buen aspecto antes de iniciarla. En este escenario, los mercados comienzan a subir y para cuando el trader está absolutamente convencido de que la subida es real, entra justo en o cerca del máximo del movimiento. Nada más hacer esto, él o ella y el resto de traders que hicieron esto dan a los mercados el combustible que necesitan para comenzar a moverse a la baja. ¿Por qué? Porque de repente el mercado tiene un montón de stops debajo del precio actual y, como el viento con un incendio forestal, estos stops azuzarán el fuego de la bajada. Esta entrada segura, precavida, rápidamente se convierte en una pérdida. La diferencia esta vez es que los traders prudentes están vez respetan religiosamente sus stops.

El problema es que este comportamiento excesivamente cauto les ocasiona unos precios de entrada terribles y las probabilidades de que les salte el stop son extremadamente altas. Sí, las pérdidas pequeñas están bien, pero si prácticamente todas las operaciones resultan en una pequeña pérdida, la cuenta al final se irá desgastando.

La Fase II generalmente no dura demasiado. Los traders en esta fase generalmente no pierden mucho dinero, pero pierden el suficiente. Una vez que los traders se dan cuenta de que pueden respetar sus stops, pero que sus entradas se están resintiendo, alcanzan lo que los alcohólicos llaman un «momento de claridad». Si las entradas de los traders son malas, entonces es evidente que sus indicadores son malos. Así que se dedican a buscar otros mejores. Y así comienza la búsqueda del Santo Grial.

Fase III del trading: la búsqueda del santo grial – no se recomienda contener la respiración La búsqueda del indicador a prueba de fallos, que va a funcionar prácticamente cada vez, lleva al trader por un camino plagado de cadáveres, sueños rotos y chalados balbucientes. Muchos traders permanecen en esta búsqueda el resto de sus vidas. Lo irónico es que los individuos en esta fase creen que se están desarrollando como traders, cuando en realidad su desarrollo como traders está completamente parado, tan parados como el futuro de Monica Lewinsky en la Casa Blanca.

Los traders en la Fase III están atrapados en las arenas movedizas, atrincherados en un juego que no pueden ganar y que puede durar años, décadas o incluso más. El resultado final es un trader que pasa su tiempo repitiendo los mismos errores una y otra vez o descubriendo alegremente otros nuevos.

El ciclo que se produce es uno en el que siempre se está buscando la última novedad. Es la búsqueda de ese indicador tan especial que le va a dar a los traders la madre de todas las recompensas. En un escenario típico, esto supone lanzarse de cabeza en un par de programas o ideas de trading y ajustarlas sin fin hasta que revelen su poder mágico. Un escenario habitual es el de los traders que desarrollan un conjunto sencillo de reglas mecánicas, que se mantienen en secreto, por supuesto, que les ayudará a conseguir un beneficio considerable cada año prácticamente sin riesgo y utilizando tan sólo una pequeña cantidad de capital. Se entusiasman especialmente cuando ven que estos métodos, cuando se aplican cuidadosamente a los datos históricos seleccionados, funcionan increíblemente bien. Las operaciones que no funcionan se podrían haber «filtrado» fácilmente. Este tipo de trader normalmente se muere con un resumen de una página de lo bien que funciona el sistema y un tocho de 68 páginas que explica cuándo no se debe realizar la operación.

Otros traders que se atascan en la Fase III van a seminarios y aprenden sobre las tendencias y la importancia de nunca luchar contra la tendencia.

Descubren la magia de las medias móviles y de cómo se cruzan cuando la tendencia cambia. ¡Oh, qué poder! Cuando el mercado tiene tendencia, funcionan maravillosamente. Al final, no obstante, se desaniman cuando descubren que el 75% del tiempo los mercados se mueven lateralmente, mientras los profesionales hacen carne para hamburguesas con los buscadores del Santo Grial.

Esto puede llevar a los traders al mundo de las opciones y comienzan a considerar los spreads para controlar el riesgo y a vender prima de riesgo para generar unos ingresos mensuales. Esto funciona estupendamente cuando los mercados están en un periodo lateral, pero cuando los mercados comienzan a tomar tendencia de nuevo, estas posiciones pueden verse – y a menudo lo son – machacadas.

La lista sigue y sigue. En varios momentos de este viaje, tras haber estudiado una serie de sistemas, estrategias e indicadores, un día los traders se sientan y crean lo que piensan es el gráfico perfecto con los indicadores perfectos. Entonces comienzan a usarlo. Les puede funcionar bien durante un par de días, o incluso un par de semanas, pero un día los traders se queman con lo que pensaban que era el patrón perfecto. Así que, en vez de utilizar un MACD (Moving Average Convergence Divergence – Convergencia/divergencia de medias móviles) con unos parámetros de 12, 26 y 9, leen en algún sitio que los parámetros 12, 17 y 10 son más rápidos. Van y reformatean todos sus gráficos con los nuevos parámetros y esperan con ansiedad al siguiente día de trading. Sus patrones funcionan durante un par de días o un par de semanas y entonces un par de patrones no salen bien. Y los traders vuelven al ciberespacio. Están decididos. Están centrados. Ignoran a sus familias, se pierden los partidos de sus hijas y pierden la noción del tiempo. Pero vale la pena, porque siete días después, a las 3:45 de la madrugada descubren lo que han estado buscando. En su estocástico, han estado utilizando los parámetros 14, 3, y 3, ¡cuando deberían haber estado utilizando 15, 3 y 1! Los ponen en un gráfico y lo aplican a los datos históricos. ¡Funciona mucho mejor!

Los traders una vez más reformatean todos sus gráficos y, una vez más, esperan con ansiedad el siguiente día de trading.

Y cuando esto no funciona pasan de un gráfico de 15 minutos a uno de 13 minutos. Y cuando eso tampoco funciona, pasan de operar en el mini S&P al mini Nasdaq. Y cuando eso no funciona, aprenden que el euro es el mercado en el que hay que estar. Y cuando eso no funciona, se vuelven unos fanáticos del oro, porque, ¿acaso no lo sabe? ¡Es el único dinero de verdad! Siempre, siempre, siempre lo siguiente es lo mejor. Este ciclo se repite eternamente hasta que el trader se cansa de esta montaña rusa y se baja en la siguiente parada. La mayoría nunca se dan cuenta de esto y siguen atascados en esta fase el resto de sus vidas en el trading.

Los niños pasan de los pañales a las residencias universitarias y ellos apenas se dan cuenta porque todavía siguen perdidos, ajustando la siguiente solución mágica, no dándose cuenta nunca de que son los tipos con una estrategia a los que darían la bienvenida en cualquier casino.

Como Duluth, Minnesota, en febrero, es un sitio terrible en el que estar.

Toda esta situación la resume brevemente uno de los personajes de un fondo hedge en el libro muy entretenido de Ben Mezrich, Ugly Americans: The True Story of the Ivy League Cowboys Who Raided the Asian Markets for Millions [Americanos desagradables: la verdadera historia de los vaqueros de la Ivy League que saquearon los mercados asiáticos llevándose millones]. «El arbitraje tan sólo consiste en identificar al pardillo. Si no puedes identificar al pardillo – bueno, entonces el pardillo es usted».

Fuente: Jose Luis Cárpatos        estrategiasdeinversion.com



jueves, 27 de octubre de 2016

Invertir es una carrera de fondo, no un sprint


Dentro de unos días se celebrará la conocida y mediática maratón de Nueva York. Como profesional del sector financiero y aficionado/practicante del atletismo, encuentro muchas similitudes entre los mejores maratonianos y los inversores a largo plazo más exitosos: bien preparados, constantes, metódicos, disciplinados, motivados, apasionados, disfrutan del proceso, son pacientes, fuertes mentalmente y tienen especial capacidad para aislarse del ruido.
  • Constantes, metódicos y disciplinados
Buena parte del éxito del maratoniano se debe a la buena planificación y preparación realizada. Hay que definir el tiempo disponible para entrenar, el punto de partida, las características personales, y a partir de ahí diseñar un plan y trabajar sobre él. El viaje es duro, a veces agotador, pero al final del mismo, el esfuerzo y las horas empleados se hacen visibles en el buen resultado. La constancia y el trabajo normalmente son recompensados. Si intentas completar tu maratón una o dos semanas después de haber empezado a entrenar la carrera a pie en serio, probablemente te lesiones en la preparación o te retires el día de la maratón, deseando nunca más volver a correr la prueba. En la inversión ocurre algo parecido. Antes de comenzar a invertir, uno tiene que definir algunos aspectos: su tolerancia al riesgo, el retorno requerido, las necesidades de liquidez, la diversificación en valores. Y posteriormente, ha de ser muy metódico y disciplinado en el desarrollo del trabajo. Los mejores gestores de renta variable dedican muchas horas a buscar buenos negocios, compañías de calidad con fuertes barreras de entrada, y que a la vez coticen a un precio razonable. Para ello desarrollan procesos de inversión que requieren muchas horas de trabajo: investigar, estudiar, analizar memorias y estados financieros, reunirse con las compañías y expertos sectoriales, llegar a una valoración razonable, y monitorizar las posiciones.
  • Motivados y apasionados, disfrutan del proceso
Los mejores inversores que conozco demuestran su pasión y ganas de aprender, disfrutan del camino, del día a día en su trabajo. Tenemos la suerte de trabajar en una industria que nos aporta muchísimo a nivel intelectual, y donde suceden cosas emocionantes todos los días. De igual forma, más que tener un objetivo de “llegar primero”, los mejores maratonianos disfrutan del camino, de un buen entrenamiento, se centran en cultivar la disciplina y persistencia necesaria para conseguir sus objetivos, se esfuerzan por ser mejores cada día, y gracias a esa motivación logran completar sus planes de entrenamiento y objetivos.
  • Los beneficios de la diversificación y la capitalización compuesta
Al preparar un maratón hay que alternar entrenamientos: desde rodajes largos y tranquilos, otros más intensos (intervalos o series), que permiten mejorar la capacidad anaeróbica, sin olvidar el trabajo de fuerza en gimnasio, para que los músculos sean más fuertes y puedan soportar la carga en la carrera. Todo ello se traduce en que seas un corredor más completo, y así poder llegar al día del maratón con una preparación óptima. De igual forma, una cartera de renta variable será más resistente si está correctamente diversificada entre distintas compañías. A modo de ejemplo, en los fondos Renta 4 Valor Europa o Renta 4 Bolsa, combinamos empresas de calidad (“quality compounders”), con ventajas competitivas sostenibles, inmersas en tendencias estructurales de crecimiento, junto con empresas infravaloradas significativamente por el mercado, donde encontramos una ineficiencia temporal que concede un potencial elevado a nuestra valoración teórica.
Buena parte del crecimiento en las carteras se produce por la “magia” de la capitalización compuesta. Compañías que reinvierten sus beneficios, haciendo sostenible su crecimiento, o fondos que reinvierten los dividendos que reparten las compañías para reforzar su posición en las mismas. Sus principios son ampliamente conocidos, y son los mismos que se aplican en el atletismo. Con cada maratón que se completa, si se ha trabajado bien, se “sube un escalón”: mayor capacidad aeróbica y fortaleza, más experiencia, mayor conocimiento de la distancia, y sobre todo, conocimiento de uno mismo, algo que se puede aplicar en las siguientes experiencias.
  • Pacientes, fuertes mentalmente, y con capacidad para aislarse del ruido
El velocista es emocional, como el inversor a corto plazo. Entra en pánico cuando hay fuertes correcciones, se muestra eufórico cuando hay rebotes, está pegado a la pantalla y chequea su cartera varias veces a lo largo del día. En cambio, el buen maratoniano está tranquilo en el día de la carrera, sabe que ha cumplido con su entrenamiento y está preparado psicológicamente. Al correr un maratón, como en la inversión, aparecen pensamientos negativos que pueden impedir alcanzar la meta. Se atraviesan distintas fases físicas y emocionales… comenzando por la euforia de los momentos iniciales, la charla/transición en los kilómetros centrales, el sufrimiento a partir del kilómetro 30-32 (el famoso muro)… y la alegría de los últimos metros de la prueba. Durante estas fases, nuestro estado anímico varía desde un punto hasta sus antípodas. Los maratonianos más exitosos son los que son capaces de mitigar estos momentos, gracias a que están mentalizados de su existencia y a que saben cómo superarlos. De la misma manera, los inversores de largo plazo más exitosos son aquellos que no pierden la calma en contextos de volatilidad, se aíslan del ruido de mercado, y aprovechan fuertes correcciones en la cotización de compañías excelentes para construir o reforzar su posición. Tarde o temprano, el mercado volverá a reconocer el valor de dichas compañías. Esto se produce debido a la famosa “aversión al riesgo”. Los inversores tienden a sufrir el “dolor” de las pérdidas en mayor medida que el “placer” de las ganancias, lo que se traduce normalmente en una sobrerreacción a la volatilidad. En estos entornos es importante mantener la calma, enfocarse en el proceso y en los fundamentales de las compañías.
La inversión a largo plazo premia al inversor disciplinado y paciente, al igual que el maratón premia al atleta constante y fuerte mentalmente. El velocista, como el inversor a corto plazo, practica una disciplina diferente.

David Cabeza, Gestor de Fondos en Renta 4 Gestora SGIIC

Comprar en soporte funciona


De haber comprado en 9.100 bajo, podíamos haber sumado casi 100 ptos. Ayer también salía bien esta jugada.

No puedo hacer estas operaciones por falta de tiempo, pero para mi es una satisfacción plantear bien estas estrategias.

Volvemos a rebotar en 9.100

Lluvia de resultados


Los buenos (o menos malos) resultados empresariales que se están publicando, soportan al IBEX.

Mientras el precio esté por encima de 9.100, no veo peligro.


miércoles, 26 de octubre de 2016

Aguantamos. Minimo 9.111


Hubiera sido buen precio para comprar. Stop estaba a 10-15 ptos.

Planteamiento acertado.



Precio bisagra


Por debajo de 9.100 empiezo a pensar en cortos. Podría darle un poco de filtro, ya que serían los mínimos del día.

Mala suerte


Esperaba al IBEX en 9.200 (igual que ayer) para abrir corto, se ha dado la vuelta en 9.183....

Los resultados pueden ayudar


Cascada de resultados a primera hora de la mañana, a simple vista parecen bastante buenos. Esto podría sujetar al Ibex, que ayer decidió tomarse un descanso, tampoco se puede subir todos los días.

Por mi parte, intentaré posicionarme si hay un extremo de cotización.


martes, 25 de octubre de 2016

La idea era buena


No conseguimos volver a 9.200 y el precio se ha descolgado a la baja. La idea del techo en 9.255 era correcta.

Vamos a ver hasta dónde quiere corregir nuestro IBEX. Por debajo de 9.100 podría empezar a pensar en abrir cortos, por orden del sistema.

Cierro con +65 ptos


Todo lo que sea sumar viene muy bien.

Compro posición en 9.170. Si superamos 9.200 volveré a vender.

Medida de protección


Más que sumar a la baja, busco proteger beneficios. Estoy más cómodo así.

Si rompemos arriba, aplicaré stop.

lunes, 24 de octubre de 2016

Mayor sobrecompra desde Julio 2016


Fuente: @BolsacomTrading

+22% desde mínimo del año.

Abro corto 9.235


Quiero proteger las plusvalías conseguidas. No tengo señal de venta del sistema.

Me quedo este contrato para mañana.



Los bancos empujan


Ayer el PSOE "ayudó" para que pronto tengamos gobierno, la gasolina que necesitaba el IBEX. Los bancos son los protagonistas en las últimas semanas, llevaban meses defenestrados. Veremos si los resultados de esta semana se corresponden con tanta subida.

Pronto habrá que plantearse en qué precio pescar puntos a la baja.

sábado, 22 de octubre de 2016

¿Cómo conseguir un 8% anual?


Fuente: Fernando Luque     Morningstar.es


Primer condicionante: invertir en renta variable
Parece una obviedad, pero si uno quiere obtener una rentabilidad del 8% anual, viendo cómo están los tipos de interés tanto a corto como a largo plazo, no queda más remedio que asumir riesgos. Y eso significa invertir en acciones. Pero, claro, el simple hecho de invertir a largo plazo no garantiza por sí solo obtener esa rentabilidad deseada. Además, invertir en renta variable supone asumir de antemano que el activo sufrirá unas fuertes fluctuaciones, aunque lo importante será la rentabilidad final más que el a veces tortuoso camino para llegar a ella.
Segundo condicionante: invertir a largo plazo
Si uno invierte a corto plazo, supongamos en renta variable española, obtener un 8% en 1 año (o sea 12 meses) no es tarea fácil. Es cómo tirar una moneda al aire. La prueba es que si analizamos la rentabilidad de la bolsa española desde enero de 1970 hasta finales de septiembre de 2016 (tomando como referencia al MSCI Spain sin reinversión de los dividendos – es lo que más se aproxima a la rentabilidad de los fondos de renta variable española) y calculamos todas las rentabilidades a 12 meses posibles (en total 550 datos), la media ha sido del 7,9% (¡justo lo que queríamos!), pero la letra pequeña indica que en 270 ocasiones, es decir en un 49% de los casos, la rentabilidad del índice se ha situado por encima del 8%. Uno puede decir: “bueno, pues me la juego”; pero el juego puede salir caro ya que la probabilidad de pérdida es del 42% y la pérdida media del 16%.
Si alargamos el periodo, pongamos 10 años, y calculamos todas las rentabilidades anualizadas en ese periodo, la media es un poquito más baja que en el caso de mantener la inversión durante 12 meses. Es de 6,4% anual pero la probabilidad de conseguir una rentabilidad de al menos un 8% sube hasta el 54%. En cuanto al riesgo de pérdida, se reduce al 24% (con una pérdida media del 4,5%... pero, ojo, no olvide que se trata de un dato anualizado a 10 años… la pérdida acumulada media es, por lo tanto, del 37%).
Si nos ponemos un horizonte de inversión de 20 años, la media de las rentabilidades para el mercado español alcanza los 8,1% de media, aunque la probabilidad de superar el 8% anual baja hasta el 44%, pero eso sí, la probabilidad de pérdida es nula.
Lo que está claro es que si queremos obtener un 8% anual minimizando el riesgo tenemos necesariamente que alargar el periodo temporal (al menos 10 años). Pero eso, una vez más, no es suficiente. Hay un tercer condicionante muy importante para cumplir el objetivo.
Tercer condicionante: invertir cuando la bolsa está “barata”
Fácil decirlo, pero ¿cómo sabemos si la bolsa está cara o barata? Una forma de aproximarnos a esta cuestión es simplemente mirando el ratio precio sobre beneficio (de todas las estadísticas fundamentales es seguramente la más accesible al inversor particular). Tomamos una serie de largo plazo del PER de la bolsa, repartimos los datos en quintiles. De esta forma obtenemos cinco bloques correspondientes a cinco escenarios: uno, el 20% de los PER más altos a nivel histórico, nos indicaría cuando la bolsa está MUY CARA; un segundo (el 20% siguiente) que nos indicaría cuando la bolsa está CARA; el 20% siguiente reagrupa los datos cuando la bolsa está valorada de forma CORRECTA; el cuarto grupo nos indicaría cuando la bolsa está BARATA y el último 20% cuando la bolsa está MUY BARATA. La idea es calcular la rentabilidad media obtenida por la bolsa en estos cinco escenarios (bolsa muy cara, bolsa cara, bolsa correcta, bolsa barata y bolsa muy barata) y ver en qué escenarios uno tiene más posibilidades de conseguir al menos un 8% anual.
Los resultados están resumidos en la tabla adjunta. Para realizar los cálculos hemos tenido en cuenta los datos del mercado americano (hemos utilizado datos del S&P 500 – en dólares - en lugar de los de la bolsa española porque la serie de PER es mucho más larga) desde diciembre de 1970 hasta septiembre de 2006 (nos hemos parado en septiembre de 2006 ya que los datos de rentabilidad que hemos calculado son a 10 años).

¿Qué conclusión podemos sacar?
Los datos muestran que la valoración de partida tiene mucha influencia sobre la rentabilidad posterior a 10 años y, obviamente, cuanto más bajo el PER de partida mayor será la rentabilidad media a 10 años que podamos conseguir, hasta tal punto que en el caso de partir en un escenario de “bolsa muy barata” la probabilidad de conseguir al menos un 8% anual es altísima (99%). Por el contrario, si nuestro punto de partida es un escenario de “bolsa muy cara”, será muy poco probable conseguir una rentabilidad del 8% anual.
¿En qué punto nos encontramos?
¿En qué escenario nos encontramos ahora mismo? ¿Cuál es el PER de la bolsa americana? Según los datos que hemos utilizado, el PER del S&P 500 terminó el mes de septiembre en 24,6. Estaríamos, por lo tanto, en un escenario de bolsa muy cara”. Mala para los inversores a largo plazo...


viernes, 21 de octubre de 2016

Los stop loss son necesarios



No deberíamos trabajar sin stop loss, siempre nos surge el problema de cómo ponerlos. Esto es más difícil de lo que parece. Requiere mucho estudio de nuestra propia táctica. Demasiado cerca acabarán lastrando la operativa de manera notable, demasiado lejos perderemos demasiado. No es fácil, pero el doctor Steenberger da aquí una variante teórica al asunto que creo es de mucho interés. Lo traigo a colación por la violencia de los días en que nos movemos.

 Los stop-loss en el trading: ¿los necesitamos al operar?
  
Henry Carsten ha escrito recientemente sobre distintas formas de gestionar el riesgo aparte de con los stops. He observado que los traders tienden a utilizar puntos de stop-loss que no sólo están basados únicamente en el precio, sino que además suelen estar en puntos relativamente obvios. Por ejemplo, alguien que esté corto pone un stop justo por encima de un máximo reciente o viceversa. Los stops justo por debajo o por encima de un rango lateral reciente también son habituales.
El problema con estos stops es que son objetivos naturales para los programas algorítmicos que explotan las asimetrías en las órdenes de compra y venta y en las tendencias. El trader que utiliza stops obvios sufre las rupturas falsas, saliendo de las operaciones justo antes de que se den la vuelta y se muevan en la dirección pretendida. 
Una buena forma de valorar sus stops es hacer un seguimiento del mercado justo después de que le haya saltado el stop. ¿Le suele ahorrar dinero su stop? ¿Le protegen del riesgo o le privan de oportunidades? La mayoría de los traders nunca ha examinado en profundidad el verdadero valor de sus stops; simplemente asumen que los stops son necesarios (que lo son) y los coloca de forma intuitiva (y obvia). 
A lo largo de los años, he descubierto que situar los stops más lejos de mis entradas, en puntos en los que mi idea de trading subyacente esté claramente equivocada contribuye a evitar que me salten cuando la idea es correcta. Estos stops de precio sirven para evitar una catástrofe. En mi operativa me han resultado más efectivos, en general, los stops basados en indicadores y en el tiempo transcurrido. 
Un ejemplo de stop basado en un indicador sería un aumento repentino en el TICK de la NYSE hasta nuevos máximos o mínimos en contra de mi posición o un aumento en el volumen al alza o a la baja en contra de mi posición. Tan pronto como veo este aumento cierro la posición y vuelvo a evaluar la situación. La mayoría de las veces, ese aumento indica que la tendencia a corto plazo se ha movido en mi contra y que no es una buena idea luchar contra la misma. 
Los stops basados en el tiempo surgen de mi observación de que mis mejores operaciones tienen una buena ejecución y suelen moverse a mi favor con relativa rapidez, con muy poco drawdown. Si tengo que esperar y esperar en la operación, las probabilidades de que se mueva a mi favor disminuyen: los factores que me hicieron realizar la operación no siguen estando en vigor. De forma parecida, si el mercado se mueve en mi contra nada más entrar, generalmente me resulta mejor cerrar la operación con una pequeña pérdida y volver a evaluar la situación. 
  
Es importante tener puntos de stop-loss para las operaciones. Como he señalado con anterioridad, todo el mundo tiene un punto de stop-loss: o bien uno explícito, basado en el movimiento del mercado, o bien uno basado en el dolor. Este último puede eliminar los beneficios de varios días de buen trading. 
  
Pero aunque es importante tener stops, no necesariamente todos los stops tienen que basarse en el precio. Debería cerrar una posición cuando vea que la idea subyacente es incorrecta, no simplemente cuando haya perdido una cierta cantidad de dinero. 
  
Traducido del original: Stop-Loss Points in Trading: Do We Need Stops When We Trade?

Fuente: Jose Luis Cárpatos      estrategiasdeinversion.com


Perfecta explicación de lo que dijo ayer el BCE


     Fuente: Jesús Sánchez Quiñones        expansion.com

  Desde que los bancos centrales se convirtieron en los principales actores de los mercados financieros, cualquier análisis o previsión sobre el futuro comportamiento de los distintos activos debe tener en cuenta la sostenibilidad de la actuación de las autoridades monetarias. Lamentablemente, los datos fundamentales de las empresas y de los emisores de bonos quedan en un segundo plano, al menos de momento.
                El comunicado del BCE de su reunión de esta semana deja entrever que las compras en los mercados de bonos continuarán más allá de marzo de 2017 "... hasta que observe un ajuste sostenido de la senda de inflación que sea compatible con su objetivo de inflación". Teniendo en cuenta que la propia previsión de inflación del BCE para 2018 es del 1,6%, por debajo del objetivo del 2%, parece obligado a prorrogar el periodo de compra de activos.
                Para seguir comprando bonos más allá de marzo de 2017 el BCE tendrá que cambiar las reglas que se había autoimpuesto:
-          De momento sólo puede adquirir el 33% de cada emisión de bonos soberanos. Modificar esta norma es la más sencilla, aunque acabe siendo el principal tenedor de cada uno de los bonos. Por tanto, los precios de los bonos seguirán estando totalmente distorsionados por la intervención del BCE.
 -          Plazos: actualmente entre 2 y 30 años. Se especula con la ampliación desde vencimientos de apenas seis meses hasta 50 años. Durante este año 2016, al menos Italia, Bélgica, Francia, Austria, y esta misma semana España han emitido bonos a 50 años. Comprar y mantener a vencimiento bonos a 50 años  a tipos de interés sólo explicables por la adulteración del mercado se parece mucho a una pseudo reestructuración de deuda, aunque sea en cantidades reducidas.
 -          Tipos de interés. Actualmente el BCE sólo adquiere bonos con una rentabilidad al menos igual a la tasa que aplica el propio BCE a los depósitos de los bancos (Facilidad Marginal de Depósito). Hoy en día situada en el -0,4%. Es decir, el BCE adquiere bonos teniendo la certeza de que manteniéndolos a vencimiento va a perder dinero. A precios actuales, el 24% de los bonos soberanos de la Eurozona presentan tipos inferiores, y por tanto no son susceptibles de ser adquiridos por el BCE.
Podrá aprobarse la adquisición a tipos inferiores al -0,4% actual, pero sin reducir el tipo de la Facilidad Marginal de Depósito por los efectos tan perversos en la banca y en la penalización de la liquidez.
 -          Proporción de compras. El BCE adquiere bonos soberanos de cada país en la misma proporción de la participación cada estado en el capital del BCE (clave de capital). Por tanto, adquiere más del doble de bonos alemanes que españoles, y más de diez veces bonos alemanes que portugueses.
Modificar esta regla es la más problemática. La oposición de países como Alemania, Finlandia u Holanda sería considerable. Supondría una verdadera sorpresa que se llegase a modificar la proporción de compras por países.
               El BCE seguirá erre que erre comprando bonos, pero con el 50% de los bonos alemanes y el 24% de los bonos de la Eurozona con una rentabilidad por debajo del -0,4%, su capacidad de seguir presionando los tipos a la baja es muy limitada. Si los tipos no bajan, los precios de los bonos no suben.
               El BIS (Banco de Pagos Internacionales) repite insistentemente que los bancos centrales sólo pueden ganar tiempo para que los Estados hagan las reformas necesarias para lograr un mayor crecimiento potencial. Por su parte, los gobiernos no ven la urgencia de llevar a cabo reformas, siempre dolorosas e impopulares a corto plazo, si se pueden financiar casi gratis o incluso reciben dinero por pedir prestado (¡?).
               Conviene recordar que en la primavera de 2015, coincidiendo con el inicio de las compras del BCE, el bono alemán pasó de ofrecer una rentabilidad del 0,07% al 1%, provocando una caída en precio del 10%. El resto de la renta fija tuvo un comportamiento similar. El BCE asegura que seguirá comprando, pero no podrá evitar episodios de nervios en los mercados de renta fija con potenciales pérdidas de consideración para determinados inversores. Su actuación no puede ser ilimitada en el tiempo, pero de momento erre que erre.

Con la gasolina justa


Los 9.130 van a ser dificiles de pasar a la primera.



Gráfico: @Bolsacarlosmari

Draghi aplaza decisiones


El BCE no quiso complicarse, aplaza cualquier decisión, ésto significó tranquilidad para las bolsas europeas y, permiso para seguir subiendo.

En este punto (9.000-9.050), como dije ayer, escogería hacer caja y evitar cualquier sorpresa.

Por mi parte, durante lo últimos días no he podido seguir de cerca el mercado, he preferido operar con fondos de inversión. Creo que la clave para conseguir buenos resultados es tan simple como saber cuando estar comprados y, cuando estar fuera o ser bajista. En este blog voy comentando cómo lo veo diariamente y, después de dos años, los resultados están siendo muy satisfactorios.




jueves, 20 de octubre de 2016

¿Romperemos la barrera de 9.000? Draghi tendrá mucho que ver




Fuente: @BolsacomTrading 

Desde 2.015, después de Draghi....toca corrección




Fuente: Eduardo Faus  Renta 4 Banco

Sin cambios


Ningún cambio, seguimos con viento de cola que ayuda a seguir subiendo. Sólo un discurso confuso de Draghi puede frenar la recuperación del índice.

Con casi 300 ptos sumados desde la señal de compra del sistema, cerraría posición en estos momentos, pegados al 9.000. Por precaución, nada más.

Artículo de Antoni Fernández, del pasado 8 de diciembre de 2015. Nuestro IBEX, 10 meses después, está un 10% por debajo del precio que cotizaba.

Dicen que el QE del BCE equivale a subidas en bolsa....... ¿Seguro?.......

miércoles, 19 de octubre de 2016

¿Aguantaremos el ritmo?


Jornada la de ayer de claras subidas, dejamos atrás este insufrible lateral. Tampoco hay que confiarse demasiado, los valores que más ponderan en el índice no parece que tienen la "gasolina" necesaria para sumar puntos.

Mañana es turno de Draghi y, como insinúe que en 2017 van a bajar el ritmo de compras....se puede liar una buena.

El sistema está comprado desde el viernes.


martes, 18 de octubre de 2016

Esta puede ser la buena




Gráfico: @Bolsacarlosmari

Sorteo de la primitiva


En el sorteo celebrado de madrugada, el resultado ha sido gap al alza para el Ibex. La verdad es que hay que tomárselo a broma, porque sino uno se mosquea.

Como triste consuelo (que no sirve para nada), al menos acerté por dos lados, uno que iba a haber gap y dos, la estadistica que os puse el domingo, donde dice que el mercado sube infinitamente más en fuera de horas que durante la sesión abierta.

Resumiendo, cometo el fallo de ser demasiado defensivo con señal de compra activada el viernes.

Llevamos un mes con un Ibex intratable, pocas veces he visto algo así. Es dificil sumar y muy fácil equivocarse.



lunes, 17 de octubre de 2016

Riesgo cero, +15 ptos


Cierro con +15 ptos. No corro el riesgo de gap mañana.




Aguanto posición


No hemos perforado el 8.700, nivel para abrir cortos de nuevo. Me quedo la posición, stop si rompemos a la baja los minimos de hoy (8.715).

Comprado 8.735

Paréntesis


Después del atracón de subida del viernes, el Ibex podría tomarse hoy un merecido descanso. El sistema lanzó señal de compra en esa sesión, por lo que cualquier corrección, podría servir como oportunidad para abrir largos.

Gráfico para situarnos:


Fuente: @Bolsacarlosmari

sábado, 15 de octubre de 2016

Ratio rentabilidad/riesgo


Fuente: Javier Molina   confidencial.com


Invertir entraña siempre riesgo. Y cada inversor debería ser capaz de gestionar el que asume en cada operación. De esa forma, el premio a ganar debe ser lo suficientemente interesante como para exponernos a esa incertidumbre. Si no es así, la inversión no debería llevarse a cabo.

A estos efectos, el riesgo se mide entre la diferencia entre el precio de compra y el nivel máximo de pérdida que quiero asumir. Por el contrario, la rentabilidad se mide como la diferencia entre el precio de compra y el precio al que quiero vender. Hoy no discutimos si es mejor utilizar análisis técnico, fundamental o cualquier otro, sino cuál es el dato a observar. La distancia entre la rentabilidad y el riesgo es lo que se mide con ese ratio.
Supongamos un inversor que quiere comprar Telefónica pensando que la acción se irá hasta los 11 euros. Cotiza hoy a nueve. Si tengo 4.000 euros para invertir, compraré 444 acciones. Luego, si acierto, mi beneficio será de 2 euros * 444 = 888 euros. El ratio rentabilidad/riesgo en este caso es de 888/4000 = 0,22. Muy bajo para que tenga sentido invertir. ¿Qué está pasando? Pues que no he establecido ningún nivel de salida por si me equivoco. En ese caso, asumo que arriesgo todo pues no tengo plan de control de riesgos. Si avanzara un poco y dijera que si pierde los ocho euros, cierra la posición, ya puedo recalcular mi ratio de nuevo. En este caso, la pérdida máxima sería de 444 euros. Luego mi ratio es ahora de 888/444= 2. Ahora ya tiene algo más de sentido la operación y dependerá de cuál es mi ratio general de aciertos en el mercado.
El ratio general de aciertos o 'winrate' no es más que ver, históricamente, cuántas operaciones cierro con beneficios y cuántas con pérdidas. Si tengo que acierto el 33% de los casos, ese es mi 'winrate'. Por ejemplo, si he realizado cinco operaciones con beneficio y 15 con pérdidas, mi 'winratio' es 5/15 = 33%.
Fíjese que, de ese modo, ya puedo calcular cuándo me interesa entrar o no en una inversión determinada. Si tengo un ratio Rentabilidad/Riesgo de 1:1, entonces mi 'winrate' tiene que ser mínimo del 50% o no invertiría. Se calcula como 1/(1+1) = 50%. Pura probabilidad, pero es lo que tengo para gestionar mi riesgo. Si mi 'winrate' fuera del 60%, entonces puedo pedir menos a la operación. En este caso, bastaría con (1/60%)-1 = 0,6, o lo que es lo mismo un ratio de 0,6:1.
  • Si arriesgamos 100 euros para ganar 300 euros, nuestro ratio de rentabilidad/riesgo es de 3:1 o 3 euros de beneficio potencial por 1 de riesgo. En este caso, necesito acertar el 25% de las veces que opero para llegar al umbral de rentabilidad.
  • Si arriesgamos 100 euros para ganar 200, el ratio ahora es de 2:1. En este caso, necesito ganar el 33% de las veces para empatar.
  • Si arriesgamos 100 euros para ganar 50, el ratio es de 0,5:1. En este caso, necesito ganar en el 67% de los casos para llegar al umbral de rentabilidad.
Gráficamente lo veríamos de este modo. Por ejemplo, para un Ratio de rentabilidad/riesgo de 2,5:1 el mínimo 'winrate' que necesito es del 28%.

De esta forma, viendo en mi historial de operaciones el porcentaje de operaciones ganadoras y comparándolas con el mínimo que debería tener, dado el ratio de rentabilidad/riesgo, ya puedo tomar una decisión de inversión acorde con mis características.
En muchos manuales el lector encontrará que se recomienda un ratio mínimo de 3:1. Aunque ya hemos visto que eso dependerá de cada inversor, apoyado en un artículo de Andrea Nalon, sí existe un argumento estadístico positivo para tal afirmación. Si tiene ciertos conocimientos de estadística y utilizando el programa gratuito R (R.app) podemos hacer una serie de simulaciones para ver qué resultados se tendrían, lanzando x casos aleatorios y utilizando un ratio u otro.
Si podemos comprar un activo con un ratio de aciertos de tres contra una pérdida de uno y asumimos un 'winratio' del 30% y suponemos no hay costes de operativa (para simplificar), el resultado estadístico de lanzar 1.000 compras y ver los resultados y lanzar otras 1.000 simulaciones sería este:

molina2
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En el primer caso, la curva es positiva pero mayor que en la segunda simulación. Pero, son positivas las dos. Si ahora lanzamos 10.000 test compuestos de 1000 operaciones aleatorias, simulación de Monte Carlo, la distribución que se obtiene es esta: 

molina3
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Es decir, con esta hipótesis de 3:1 y un 'winrate' del 30% nunca se perdería dinero a largo plazo. La media de la distribución es positiva como vemos en el gráfico y no se alcanzan valores negativos.
Si ahora tomamos un ratio de 2,5:1 y el mismo 'winrate', haciendo las mismas simulaciones que antes, las cosas cambian y ya se entra en pérdidas en varias ocasiones, siendo la distribución de probabilidad esta otra ya con valores negativos.

molina4
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Lo que concluimos de esta parte es que, sin ser esta la regla única que el inversor debe contemplar, si resulta muy interesante el utilizar siempre un ratio de rentabilidad/riesgo adecuado y, por lo visto arriba, de esa magnitud. A medida que vayamos perfeccionando nuestras estrategias, podemos modificar el mismo paraadaptarlo a nuestros objetivos.
Por último, ya que sabemos ahora cuál es nuestro 'winratio' y la rentabilidad/riesgo que asumo en cada operación, combinando esos dos valores, puedo calcular lo que se llama el 'expectancy ratio' o lo que espero ganar en cada operación. Siempre desde el punto de vista estadístico y sabiendo que rentabilidades pasadas no garantizan futuras pero, al menos, tengo una base de apoyo que luego podré ir adaptando a mi sistema.
Si tenemos un 'winratio' del 28% (28% de las veces gano y 72% pierdo) y un ratio rentabilidad/riesgo de 3:1, entonces multiplicando ambos y restando la probabilidad de pérdidas, obtengo lo que espero ganar:
'Expectancy ratio' = (3*28%) – 72% = 0,12
Esto significa, de forma simple, que esta operación me supone una rentabilidad de 0,12 por cada unidad de pérdida. Este dato es importante por dos razones. De un lado, la rentabilidad esperada es baja pero positiva y, de otro, me permite comparar ese ratio con el de otra operación posible para determinar por cuál me decanto. Utilizando datos pasados, toda operación positiva es buena. Lo malo, obviamente, es acertar con la futura.
Al final, y como dice Soros, lo que es realmente importante al invertir no es si aciertas o fallas, sino cuánto dinero ganas cuando aciertas y cuánto pierdes cuando fallas. El tener una medida de control del riesgo es imprescindible cuando se va a los mercados. Y más, en los tiempos actuales.
Algún lector me dirá que todos estos cálculos utilizan datos pasados y no dicen nada del futuro. Sin duda que razón no le falta pero, utilizando el control de riesgos que sí le permite ésta operativa, será capaz de ver riesgos, beneficios y oportunidad. Además, comparando varias posibles inversiones con la misma medida de riesgo, podrá decidir cuál le conviene o simplemente, esperar un mejor momento y desarrollar la paciencia. Nada mejor en los tiempos actuales. Creo que es fácil imaginar el ratio rentabilidad/riesgo actual.