domingo, 24 de julio de 2016

Trampas, ni al solitario


Hoy me ha preguntado el primo de mi vecino (no va con segunda intención…) si era posible “hacer trampas” operando en los mercados, invirtiendo y operando, y si podría resultarnos provechoso actuar así.
Sucede muy a menudo, tanto en nuestra vida como en nuestro trading, que cometemos el error de querer lograr nuestros propósitos, o de intentar llegar a nuestros objetivos haciendo algo no del todo correcto, tomando un falso atajo, saltándonos alguna regla o precepto, y en definitiva, haciéndonos trampas a nosotros mismos, pensando que nadie nos ve y que no va a pasar nada.
Puede que en un principio avancemos más rápido de lo previsto, que nos colemos por una rendija ganando algo de tiempo, o que en teoría, obtengamos una ventaja y pensemos que no ha pasado nada, que compensa el engaño y que la mentira es un buen camino para llegar antes sigilosa aunque traicioneramente a nuestro destino final.
Nos puede salir bien una, dos, incluso un montón de veces. Podemos arriesgarnos, ser infieles a nosotros, a nuestras creencias y a nuestro sistema, y que nos salga bien la jugada, por casualidad, suerte o caprichos del destino. Pero más tarde o más temprano, la realidad, la justicia o el mercado, nos acabará poniendo en nuestro sitio, y acabaremos pagando caro nuestras trampas.
Vivir, jugar, operar dentro de la legalidad, de lo correcto, no solamente nos aportará más tranquilidad y menos ansiedad, sino que nos conducirá, lento o rápido, pero a la velocidad adecuada y sin tanto riesgo de salirnos de la vía, a la idea que tengamos trazada en mente.
Nos cuenta un compañero de los que está recibiendo formación a través de esta web, y al que estamos ayudando a aprender a hacer trading, que ha obtenido un beneficio incluso mayor que el de otros días, ha ganado y mucho, pero no se siente satisfecho.
Ha hecho trampas, y aunque nadie presuntamente le ha visto, mi obligación es decírselo: nunca hay que saltarse las reglas, hay que analizarlo, reconocerlo, y tal y como lo llevamos contando hace tiempo, para que, pueda ayudar a cualquier otro a que respete siempre, siempre sus propias normas y no intente engañar, ni al mercado, ni a sí mismo.
Comienzas bien, con tu plan previamente trazado, y teniendo la paciencia suficiente para esperar las entradas que tenía previstas en cuanto se dieran las señales que dicho plan, que el sistema que tenemos en mente ya aprendido, le va indicando, pero sin variar sobre la marcha.
Si la operación no nos da la razón, ni se mueve el stop, si se entra con más contratos para promediar, ni se apalanca uno el doble o el triple, ni cambia de espacio temporal para ver si los cortos se vuelven verdes o los largos se vuelven rojos…
Rectificar a tiempo puede salvarte la cuenta, la moral, tu proyecto…Ganar haciendo trampas, saltarte tus reglas (aunque des un día un pelotazo y obtengas jugosas plusvalías y te creas el rey del mundo porque has acertado “de casualidad”), no es ganar, y puede ser altamente peligroso…
No valen obcecaciones, ni falsas esperanzas, ni saltarse tus normas porque hayas leído a otro trader en Twitter o en cualquier otra red social (puedes ver y leer todo lo que quieras, por supuesto, pero que no te distorsione nunca esa lectura tu propia operativa…) ni sirve ganar porque, cuando tu operación se tiñe de pérdidas, cargas y cargas contratos esperando que el precio se dé la vuelta, ocurra ésto y ganes más puntos de los previstos…
El día que no pase éso… Terminarás con tu cuenta, o con todos los beneficios obtenidos durante semanas,meses… O incluso años. Estos días, por ejemplo, el Dax se ha movido en un rango de casi 300 puntos… Si te empeñas en esperar a que el precio se dé la vuelta, si ganas porque vas contra tendencia en un pequeño retroceso, terminarás ese día contento… Pero, ¿y si por saltarte las normas el precio no para de subir o de bajar y te pilla dentro del mercado con muchos más contratos de los que tu saldo, tu moral y tu miedo pueden soportar?
¿Podrás seguir “vivo” para aprender de una vez por todas, que lo que importa es el sistema, y que no hay que engañarte, ni saltarte el sistema ni el plan?
Obligarse a no hacer trampas porque, aunque creamos que nadie nos ve, algo se despertará en nuestro interior que nos incitará a repetirlas otras veces, y puede que en ocasiones sucesivas ya no nos acompañe ni nuestra razón, ni nuestra obcecación en lo que tiene que hacer el precio… Objetividad y no subjetividad.
Aprender, formarnos… Y aprender de nosotros mismos, a ser disciplinados, a no saltarnos nunca las normas. Ser estrictamente leales con lo que tenemos que hacer, comprometernos a ello y, como también decimos con frecuencia, que ésto no es un juego ni un casino, ser honradamente profesionales y nunca, nunca ser tramposos con nosotros mismos ni con el mercado…
Ganar haciendo trampas, o con prisas, o sin habernos preparado lo suficiente y sabiendo por el terreno en el que nos vamos a mover, qué metas y objetivos queremos lograr, y de qué modo lo vamos a tratar de hacer, acabará saliéndonos muy caro… Y sin duda, no merecerá la pena.
Fuente: Gonzalo Germán        es.investing.com